Presentado en la reciente edición de HAY Festival en Segovia, El Taller de los sueños es el nombre del proyecto en el cual las arquitectas Benedetta Tagliabue, Carme Pigem y Izaskun Chinchilla, junto a Jacob Benbunan (Saffron), han diseñado y construido cuatro piezas en madera que materializan los sueños de cuatro inspiradores provenientes del mundo de la creatividad. Estos son la directora del Premio Pritzker Martha Thorne, el escritor Javier Cercas, el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga y los cocineros Juan Mari y Elena Arzak.
Precisamente estos últimos -la destacada dupla vasca- han sido los inspiradores de la arquitecta Izaskun Chinchilla en la iniciativa liderada por American Hardwood Export Council (AHEC), la IE School of Architecture & Design y el propio festival. Entre las particularidades de El Taller de los Sueños, se destaca que los diseñadores e inspiradores definen conjuntamente el "problema" y la "solución" en una serie de conversaciones en el ambiente natural de los inspiradores, para luego plasmar su sueño en un proyecto.
En el caso de los cocineros, ese sueño en madera es "Una ventana al universo Arzak", una "nube" de utensilios al alcance de los cocineros apenas los necesite. "Mientras cocinas, sería estupendo que los instrumentos llegaran a ti, que esperasen a que los volvieras a usar, que su vista te sugiriese un nuevo paso", comentó Elena Arzak en una de las reuniones con Chinchilla. En conversación con ArchDaily en Español, Izaskun Chinchilla explica cómo el encuentro con la dupla vasca detonó el descubrimiento de aquel sueño:
[En el Restaurant Arzak] vimos un hervidero de creatividad, de investigación muy seria [...] descubrir ese gran universo con varios niveles, con un laboratorio y con clasificación de materias primas fue fascinante y tuvo un punto álgido cuando nos contaron los cocineros [sobre] la importancia que tenían las herramientas en el proceso de preparado. Vimos decantadores, coladores y cucharas que solo sacaban la clara de la yema cuando trabajas con ellas. Nos contaban cuán importante es que todas las herramientas estén cerca de tus manos cuando preparas un plato tan exquisito y preciso en una dinámica de trabajo tan exigente como la de un restaurante de alta calidad. Ahí Elena [Arsak] expresó su primer deseo.
Mientras exploraban la cocina del prestigioso restaurant en San Sebastián (España), Chinchilla y su equipo se dieron cuenta que cada vez que se abrían las puertas de la cocina, "todo el mundo del comedor intentaba asomarse y ver qué pasa". Así que la nube de herramientas para los cocineros debía ser también una nube para el comensal, una nube que no solo fuera la extensión vertical del cocinero, sino también reuniera todo lo utilizado en el proceso de su creación. La nube sería el relato de lo que estás a punto de probar. "Incluso hablábamos de que pudieras chupar la cucharita después de remover la salsa", nos cuenta Chinchilla.
El resultado, una máquina/mobiliario sobre ruedas y doble celosía repleta de palancas y brazos flexibles en acero, contó con el trabajo de los artesanos de la histórica carpintería La Navarra, quienes destacaron lo completo que resultó ser la documentación técnica del proyecto. Con seis tipos de frondosas estadounidenses, Chinchilla estableció un porcentaje de uso de cada una de ellas en relación directa con el estado de los bosques de frondosas, según los datos entregados por la American Hardwood Export Council (AHEC): las especies más abundantes, como el roble rojo y el tulipwood, se destinaron a las piezas más grandes. Mientras el aliso y el cerezo, menos abundantes que el resto, se ocuparon para fabricar piezas más específicas y de menor tamaño.
"La AHEC nos explicó la política de replantación de bosques y la renovación ecológica del bosque nativo, por lo cual empezamos a apreciar el valor de las especies no solo por su duramen o el aspecto, sino también por la huella ecológica que representan", nos cuenta Chinchilla sobre el proyecto, cuyos desperdicios derivados de la fabricación se utilizaron para producir energía verde, en sustitución de combustibles fósiles. "Esto hace que las emisiones de carbono relacionadas con la producción de este carro de cocina se neutralicen parcialmente", explica la organización.
Con un gran dominio de la madera y su reconocida dedicación por los detalles, "Una ventana al universo Arzak" sigue la línea definida por la arquitecta española, en ese limbo entre la arquitectural el diseño de interiores y el diseño industrial. Intervenciones ricas en engranajes, bisagras y manivelas, recordando proyectos como Organic Growth en Nueva York, la Sala VIP del ARCOmadrid 2016 y el Co-working Utopic_US en Madrid.
Benedetta Tagliabue, Izaskun Chinchilla y Carme Pigem materializan los sueños de cuatro inspiradores